martes, 28 de marzo de 2023

ASTORGA (LEÓN) Castilla y León

Nacida como campamento militar romano de la Legio X Gemina a finales del siglo i a. C.,9​ poco después se convirtió en un asentamiento civil y fue capital del Convento Asturicense. 

Desde el siglo xi, y gracias al impulso dado por el Camino de Santiago, la ciudad experimentó un progresivo desarrollo en el cual la Iglesia tuvo un papel protagonista. En 1465 Enrique IV de Castilla concedió a Álvaro Pérez Osorio, conde de Trastámara, señor de Villalobos y de Castroverde, el título de marqués de Astorga, por lo que la ciudad pasó del estado libre a una condición feudataria.
Fachada de la Catedral
Lateral de la Catedral
Altar mayor

El origen de la catedral, dedicada a Santa María, se remonta a 1069, cuando un primer templo fue consagrado por el obispo Pedro Núñez. Posteriormente fue reconstruida en 1087, bajo el obispo Osmundo y en el siglo xiii, siendo obispo Pedro Fernández. Esta última reedificación fue la base para la definitiva ampliación, que comenzó en 1471. Desde ese momento las obras se prolongaron hasta el siglo xviii, motivo por el cual en su traza se conjugan elementos góticos, renacentistas y barrocos.​ El templo presenta planta rectangular, cabecera de tres ábsides, tres naves y falso crucero; a ambos lados de la fachada principal se erigen dos torres. La primera parte del edificio, de traza gótica, se levantó a finales del siglo XV y primer tercio del XVI. A lo largo de este último dirigieron las obras Francisco de Colonia, Juan Gil de Hontañón y Rodrigo Gil de Hontañón, quien aportó los elementos renacentistas presentes especialmente en el crucero y la puerta sureste. A finales del siglo XVII se inició la fachada principal: el conjunto de la misma —que está en estilo barroco churrigueresco, con tres puertas bajo arco y flanqueada por dos torres— se organiza a modo de retablo pétreo, con abundante decoración a lo largo de la misma. De estas, la izquierda data de 1678, pero se vio afectada por el terremoto de Lisboa de 1755 primero y por la Guerra de la Independencia después —motivo por el cual no se finalizó hasta 1965—, y la derecha se inició en 1692 y se terminó en 1704.​ También en el exterior, sobre una de las torretas que coronan la cabecera, se encuentra la estatua de Pedro Mato, personaje legendario vinculado a la batalla de Clavijo.

Ayuntamiento
La construcción del edificio del Ayuntamiento comenzó en 1683 según el proyecto de Francisco de La Lastra y terminó en 1703. Posteriormente se añadieron los balcones (1730, Francisco García Casella), los remates de las torres laterales (1739, José Álvarez de la Viña) y la espadaña central (1748, Domingo Martínez), que sirvió para alojar el reloj y las campanas, la mayor de las cuales está acompañada de dos muñecos vestidos de maragatos, llamados Juan Zancuda y Colasa, que marcan las horas golpeándola con un mazo.​ Se trata de una fachada en tres plantas, con el eje de simetría en el arco de medio punto que da acceso al edificio, la espadaña y el escudo real. En el conjunto escultórico destacan los elementos que hacen la función de gárgolas y los escudos de la ciudad y de los marqueses de Astorga en la torre derecha e izquierda respectivamente.175​ En su interior sobresale el salón de plenos, presidido por varias lápidas conmemorativas, que recuerdan unas a personajes ilustres como Manuel García Prieto, Pío Gullón Iglesias, Lope María Blanco de Cela, Manuel Gullón y García Prieto y Marcelo Macías, y otras las fechas más destacadas de la historia de la ciudad. El edificio fue rehabilitado en 1987 por Andrés Lozano

Casa Granell

Está próxima a una de las puertas de la muralla, y fue construida entre 1910 y 1915 por un industrial del chocolate y las mantecadas, Liberto Granell Carro. El arquitecto fue Antonio Palacios Ramiro, autor del Palacio de Comunicaciones de Madrid.

La casa palacete es modernista y aúna eclépticamente varios estilos.


Palacio episcopal


Ábside del palacio episcopal


Tras el incendio de 1886, en el que se quemó el antiguo palacio episcopal, el obispo Joan Baptista Grau i Vallespinós encargó el proyecto de un nuevo palacio al arquitecto modernista Antoni Gaudí, con quien el obispo mantenía una vieja amistad. Las obras se iniciaron en 1889, pero tras el fallecimiento del obispo en 1893 Gaudí renunció a la dirección de la obra por desavenencias con el Cabildo, cuando todavía faltaban por construir el segundo piso y el ático. Le sucedieron, sin éxito, los arquitectos Francisco Blanch y Pons y Manuel Hernández Álvarez-Reyero, hasta que con Julián de Diego y Alcolea como obispo se nombró como nuevo director del proyecto a Ricardo García Guereta, que concluyó el edificio en 1913.​ Durante la Guerra Civil Española, sirvió de cuartel y sede de la Falange, y tanto en 1943 como en 1956 el edificio sufrió diversas reparaciones con la intención de convertirlo en residencia del obispo. Esta función nunca llegó a consumarse, y bajo los pontificados de Marcelo González Martín y Antonio Briva Miravent se promovió el edificio como Museo de los Caminos, inaugurado en 1963.


Albergue de peregrinos


Murallas


Iglesia de San Francisco

Se cree tradicionalmente que este establecimiento fue fundado por el mismo san Francisco a su paso por esta ciudad. Quizá la primitiva iglesia se levantara en el siglo XIII, pero ese edificio fue sustituido en el siglo XVII por el actual. La vida del monasterio transcurrió sin tropiezos hasta el siglo XIX, cuando los franciscanos se vieron obligados a abandonarlo debido a la Guerra de la Independencia. Cuando regresaron (1816) lo encontraron muy dañado. Fue exclaustrado definitivamente en 1836.



La Capilla de la Vera Cruz de Astorga, se encuentra adosada a la iglesia de San Francisco. Es la sede de la Cofradía de la Vera Cruz, y el lugar donde guardan los pasos titulares con los que procesionan en Semana Santa, todos ellos relacionados con la Pasión: El Cristo atado a la columna, el Cristo crucificado y el Cristo yacente.

Iglesia de san Andrés
La iglesia de San Andrés se comienza a construir en octubre de 1897, al mismo tiempo que se construye el palacio episcopal, con múltiples influencias de Antonio Gaudí. 

Iglesia de Santa Marta

Ocupa el solar que según la tradición era la casa de Santa Marta, patrona de Astorga. Hay razones para creer que allí hubo uno de los muchos monasterios que tuvo Astorga en la Edad Media. Se desconoce como eran las iglesias que precedieron a la actual, intervenida durante el rectorado del canónigo Bartolomé de Loredo, en 1740, quien renovó la fábrica contribuyendo el vecindario de Astorga a sufragar las obras por ser su patrona. La nueva iglesia cambió el trazado de la antigua que tenía su entrada hacia la parte del Palacio Episcopal y pasando a ser una edificación barroca en donde destacan las yeserías que cubren las bóvedas.

Como bienes muebles hay que destacar unas tablas firmadas por Gaspar de Palencia y la imagen del San Pedro de Alcántara, del siglo XVII.

Iglesia de San Pedro
La Iglesia de San Pedro de Rectivía, en Astorga, nació en la Edad Media, al pie del Camino de Santiago, como un templo auxiliar para prestar servicio a los peregrinos y a los habitantes de este barrio extramuros. Situada en una de las zonas más humildes de la ciudad, el templo sufrió distintas reformas y ampliaciones hasta que, ya en el siglo XX, se decidió apostar por un edificio de nueva planta que ocupara el solar de la antigua iglesia y otro aledaño. Las obras dieron comienzo en 1970 según el proyecto de los arquitectos Ángel Mirones Velar y Ceferino Bada Castañón, y el actual templo abrió sus puertas en 1972, integrado en un moderno conjunto parroquial que se convirtió en el alma del barrio. Es el edificio de arquitectura contemporánea más importante de Astorga.
Iglesia de San Bartolomé
Construida a finales del siglo XI en estilo románico, la Iglesia de San Bartolomé ha sufrido diversas transformaciones a lo largo de su historia presentando en la actualidad diversos estilos arquitectónicos. La torre data del siglo XII, la portada del XIV y el crucero del XVI.

Todo el interior del templo está decorado con yeserías y alberga un retablo mayor de estilo churrigueresco en el que se encuentra representado San Bartolomé acompañado de San José, San Juan Bautista y un Crucificado.
Santuario de nuestra señora de Fátima

El templo fue construido a finales del siglo XII y principios de XIII en estilo románico, dedicado durante siglos a la advocación de San Julián hasta que en 1892 fue anexionado a la parroquia de San Bartolomé. El edificio se restauró a mediados del siglo XX, volviendo a ser parroquia bajo la advocación de Nuestra Señora de Fátima. Además de parroquia tiene el estatus de santuario mariano donde los peregrinos paran a orar. El recuerdo de San Julián quedó en el nombre de la plaza donde está ubicada la iglesia.
Convento de Sancti Spíritus
Se trata de un convento de terciarias franciscanas (TOR) fundado en este lugar alrededor del 1500 a partir de un beaterio que se encontraba en las cercanías de la ciudad. Se han mantenido en este lugar hasta la actualidad.

Debido a la desamortización, la comunidad se vio obligada a dejar el establecimiento entre los años 1868 y 1872, cuando las monjas se refugiaron en el convento de Santa Clara de la misma ciudad.


Fuente moruna
Construida en ladrillo en 2016 por el por el arquitecto Herminio Dios Abajo. Los azulejos fueron realizados por Jesús García Rodríguez de Aznalcázar, Sevilla. Es réplica de la fuente original anterior de 1889. Se encuentra en el jardín de la Sinagoga.

Fuente encalada

Casa Don Paulino
La boyante industria chocolatera astorgana del tránsito del siglo XIX al XX ha dejado en la ciudad casas y edificios fabriles vinculados con esta actividad


Casa del poeta Panero


Nací en Astorga, el novecientos nueve,
y allí quiero dormir en mi remanso
familiar, a dos metros de la nieve.

Nací en Octubre, en el minuto justo,
y a sazón de las doce entre paredes
provincianas llorando de disgusto.

Nací en Astorga, como pesa el torno:
con una catedral desde mi nacimiento;
y con mi calle en sombra me conformo. 

Estos versos suscritos por Leopoldo Panero pertenecen a una de sus obras más celebradas. Canto Personal recibe en 1953 —el mismo año de su publicación—, el Premio Nacional de Literatura. Nueve años después, tras el fallecimiento del poeta en 1962, el callejero de la ciudad maragata se ve modificado en su honor. La vieja Rúa de la Judería pasa a llamarse calle Leopoldo Panero, al ubicarse en la misma, su casa familiar, la casa Panero. La vía en cuestión disfruta de una posición inmejorable al ser una de las encargadas de «abrazar» a la Catedral de Santa María de Astorga. La entrada a la casa de Juan Luis Panero dejando atrás, paso a paso, la silueta catedralicia, es una de las muchas secuencias en las que Chávarri inmortalizó el inmueble.


Inmaculada concepción


Monumento a la maternidad

El cofrade

Monumento a Manuel Gullón
Monumento a los sitios



Monumento al bimilenario
Quo vadis

Colegio La Salle
Conservatorio

Mural dedicado a las cajilleras, mujeres que se encargaban de hacer los envoltorios de las mantecadas

Museo romano
Estación de autobuses

Estación de tren

Termas

Cloacas

Río Jerga

Monte Teleno al fondo

Escudo de la ciudad
Escudo de gules, un ramo de roble de su color. Al timbre corona de marqués. La representación está inspirada de un modelo difundido como es mostrado en Vexileon, si bien, no consta rehabilitación oficial del blasón o existencia de un modelo convencional. El uso de pergamino es de adorno y no tiene ninguna significación heráldica.
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La historia de la ciudad se remonta, en teoría, a la época prerromana, pues ya el geógrafo greco-egipcio Ptolomeo se refirió a Asturica como ciudad astur y capital de los amacos. Esto ha dado pie a que distintos investigadores como Manuel Gómez-Moreno o José María Luengo le otorgaran un origen indígena.54​55​56​ Sin embargo, las excavaciones arqueológicas que se han realizado en el recinto urbano no han aportado ningún material que pueda corroborar tales orígenes.​ Por ello no se puede afirmar, de manera científica, que hubiera un poblamiento prerromano, a pesar de existir varios castros de la Edad del Hierro en los alrededores de Astorga como el de La Mesa en Castrillo de los Polvazares.​

Su fundación, a partir de los datos obtenidos gracias a la arqueología, está relacionada con la presencia de un destacamento de la Legio X Gemina a raíz de las guerras cántabras. Dicha presencia está atestiguada por el hallazgo de dos trincheras o fosos a modo de sistema defensivo, así como por la existencia de varias zanjas de cimentación para posibles estructuras de madera.9​ Una vez finalizadas las campañas militares de Augusto contra los astures y cántabros, entre 29 a. C. y 19 a. C., se levantó el campamento, que tras la pacificación del territorio se convirtió en un asentamiento de carácter civil dentro de la provincia Tarraconense. Esa conversión debió de ocurrir a principios del siglo i, pues en 27 el pacto de hospitalidad con los zoelas demuestra que las relaciones de Roma con los indígenas estaban ya estabilizadas.​

Aproximadamente en la transición entre los gobiernos de Claudio y Vespasiano, la ciudad asumió la capitalidad del Conventus Iuridicus Asturum y era el principal núcleo receptor del oro extraído de minas como Las Médulas. Este auge hizo que Plinio el Viejo, por aquel entonces procurador de la Hispania Citerior, definiera a la ciudad, en su obra Naturalis Historia, como vrbs magnifica.​ Con la reorganización territorial acaecida en el siglo iii, la ciudad pasó a formar parte de la provincia Gallaecia, con capital en Bracara Augusta (Braga). Cuando terminaron las explotaciones mineras en época de Diocleciano, comenzó la decadencia de la ciudad.

En los años centrales del siglo III, debió de establecerse como sede episcopal, con Basílides como su primer obispo, en torno a 249.​ Sin embargo, la implantación del cristianismo se vio amenazada por las invasiones bárbaras y, en lo religioso, por la expansión de las doctrinas priscilianistas y maniqueístas, contra las cuales lucharon más tarde Hidacio y santo Toribio.​

En la segunda mitad del siglo IX, Ordoño I ordenó la repoblación y reconstrucción de la ciudad

En 1465, Enrique IV de Castilla concedió a Álvaro Pérez Osorio el título de marqués de Astorga
Tras producirse las invasiones bárbaras, los suevos se establecieron en el territorio de la antigua Gallaecia en torno a 410 y la ciudad pasó a formar parte de su reino. El enfrentamiento de los suevos con los visigodos provocó que Astorga sufriese sendos saqueos por parte de estos últimos, el primero por Teodorico II en 459 y el segundo por Leovigildo en 569. A causa de todo ello, Astorga perdió su condición de capital de convento jurídico, junto con la desaparición del sistema político y administrativo romano, y el protagonismo recayó, desde ese momento, en la ciudad de León. En 714, con motivo de la conquista musulmana de la península ibérica, Astorga padeció el ataque y destrucción por Táriq en su marcha hacia el norte.63​1​ Tras el surgimiento del reino de Asturias a mediados del siglo VIII, el monarca Alfonso I de Asturias avanzó hacia el sur y reconquistó para los cristianos, entre otras, la ciudad de Astorga. Ordoño I de Asturias, que ascendió al trono en 850, encargó al conde Gatón la repoblación y reconstrucción de la ciudad.

Años después, los cinco hijos de Alfonso III de Asturias se sublevaron contra él y el monarca repartió la corona entre ellos tras abdicar; así García I de León, al que le correspondió León, ubicó su corte en Astorga durante cuatro años, hasta su muerte en 914. Tras la misma, Ordoño II de León trasladó la capital a León, circunstancias que dieron lugar al nacimiento del reino de León. En 988 la capital sufrió saqueo por parte de Almanzor lo que provocó, según Gebhardt, el traslado temporal de la corte a Astorga.64​ Esta última también padeció, en 988, 994 y 996, el asedio y pillaje por parte de las tropas de Almanzor.​

En 1034, Sancho Garcés III de Pamplona tomó la ciudad y el resto de León con motivo de las desavenencias con Bermudo III de León. En 1073 se estableció la tenencia como forma de gobierno.65​66​ Esta estuvo ocupada, en los primeros años del siglo XII, por Teresa, condesa de Portugal, aprovechando las disputas acaecidas entre su hermana Urraca I de León y Alfonso I de Aragón, y en 1143 pasó a ser dominio de su hijo, Alfonso I de Portugal.

Durante el gobierno de Fernando III de Castilla, el modo de administración territorial cambió y así las tenencias pasaron a ser señoríos. En el caso concreto de Astorga, esto ocurrió hacia 1277, pero en 1345 Alfonso XI de Castilla decidió que el gobierno de la ciudad estuviese en manos de un corregidor y varios regidores.

Desde 1367 hasta finales de siglo, la ciudad padeció una crisis debida a la peste, las luchas entre Pedro I de Castilla y Enrique II de Castilla y la mala situación económica. En esta época, los comerciantes astorganos mantenían relaciones y tráfico con varias poblaciones de Galicia, lo que pudo ser el origen de la futura arriería.​

El 16 de julio de 1465, a través de un privilegio dado en Toro, Enrique IV de Castilla concedió a Álvar Pérez de Osorio, conde de Trastámara, señor de Villalobos y de Castroverde, el título de marqués de Astorga, por lo que la ciudad pasó del estado libre a una condición feudataria.​ El poder del marquesado ejerció una gran influencia en el gobierno de la ciudad y llegó a afectar a aquellas áreas que tenía el Cabildo catedralicio bajo su poder.​

El siglo XVI estuvo protagonizado, en sus primeros años, por la guerra de los Comuneros (1520-1521); Astorga perteneció al bando realista pues el marqués era seguidor del monarca Carlos I.​ Fue un periodo en el que se crearon numerosas cofradías que socorrían, a través de hospitales, a pobres y peregrinos, hecho que se veía acentuado gracias al paso del Camino de Santiago por la ciudad. De toda esta tradición de acogida permanecen en la ciudad el de San Juan Bautista y el de las Cinco Llagas.​ La influencia religiosa estaba siempre presente, no solo por el dominio moral eclesiástico sino también porque el Cabildo era propietario de amplias propiedades rústicas y urbanas.

La llegada de la imprenta, en 1545 de la mano de Agustín de Paz, favoreció la producción escrita, que en esos momentos se reducía casi exclusivamente a misales y trabajos eclesiásticos, como el Thesaurus Angelorum de Francisco de Evia. Además, supuso el comienzo de una tradición de impresores, como Antonio de la Calzada, cuyo momento cumbre llegó a finales del siglo xix y principios del XX, cuando funcionaban en Astorga más imprentas que en la propia capital provincial,71​ entre las cuales se encontraban las de Antonio Gullón, Juan Alonso, Porfirio López, Nicesio Fidalgo, González Revillo y Ortiz.

Durante el siglo XVIII la ciudad alcanzó cierta prosperidad y en su vida diaria eran habituales los juegos de cañas, las corridas de toros en la plaza Mayor, el juego de bolos —regulado en 1601—, las representaciones teatrales y las funciones sacramentales.​ Entre los siglos XVIII y XIX el territorio de Astorga se vio afectado por la división de la provincia en cantones y jurisdicciones, que fue posteriormente modificada durante la Guerra de la Independencia.

Manuel García Prieto fue presidente del gobierno en varias ocasiones entre 1912 y 1922
A principios del siglo XIX. el anterior crecimiento de la ciudad se detuvo debido tanto a las epidemias como a las consecuencias de la ocupación francesa. Así, Astorga fue de las primeras ciudades que se levantaron contra los franceses, con el amotinamiento de campesinos y jornaleros el 2 de mayo de 1808,​ y al mes siguiente se formó la Junta de Armamento y Defensa. El ejército francés entró en la ciudad el 31 de diciembre de 1808 y durante los años siguientes la plaza cambió de manos en varias ocasiones, con gestas heroicas como la defensa hecha por el general José María de Santocildes, hasta que finalmente, y gracias a una estrategia preparada por los generales Castaños y Wellington, los franceses capitularon el 17 de agosto de 1812. De todo lo acaecido en esos años, el general Santocildes dejó escrito el Resumen histórico de los ataques, sitio y rendición de Astorga.​

Tras la restitución en el trono de Fernando VII, este abolió la Constitución de 1812 y retornó al absolutismo, algo que fue bien recibido por los sectores eclesiástico, nobiliario y burgués de la ciudad; la influencia del Obispado y Cabildo siguió vigente a lo largo de los siglos XIX y XX.​ Respecto a la administración local, durante el breve gobierno de José I Bonaparte se propuso una nueva organización del territorio, con Astorga a la cabeza de uno de los departamentos, el Departamento del Esla.​ La idea no salió adelante y en 1820, con el inicio del Trienio Liberal, se planteó una nueva división, con Astorga como uno de los once partidos de la provincia, pero en 1823 resultó anulada. En 1833, con la nueva reordenación territorial, la ciudad y la Maragatería quedaron adscritas a la provincia de León.

Durante el reinado de Isabel II, y después de la Constitución de 1845, Astorga estuvo representada por el progresista Santiago Alonso Cordero. En las décadas siguientes, otros representantes en Cortes fueron Pío Gullón Iglesias, que formó parte de la alternativa política a Cánovas del Castillo, y Manuel García Prieto, que ocupó varias ocasiones la presidencia del gobierno, la última de las cuales, en 1922, fue previa al golpe militar de Miguel Primo de Rivera.​ Con el estallido de la Guerra Civil el 18 de julio de 1936, tras el paso hacia Asturias de las columnas de mineros que inicialmente habían avanzado hacia el sur, el día 20 de julio la Guardia Civil y los militares se hicieron con el control de la ciudad, que permaneció —al igual que la mayor parte de la provincia— en territorio sublevado. Tiempo después, la Transición y la llegada de la democracia supusieron un nuevo impulso al desarrollo de la ciudad con una mayor diversificación de sus actividades económicas gracias al desarrollo del turismo, el aumento del transporte por carretera y su revitalización como centro comarcal.

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